El próximo 24 de marzo marcará el séptimo aniversario del inicio de la guerra en Ucrania, un conflicto que ha dejado a su paso miles de muertos y desplazados, y que aún no tiene una solución clara. Desde entonces, la tensión entre Rusia y Ucrania ha aumentado, y la violencia se ha extendido en el este del país.
En febrero de 2014, un levantamiento popular en Kiev llevó a la destitución del entonces presidente Viktor Yanukóvich. Rusia reaccionó anexando la península de Crimea, que hasta entonces era parte de Ucrania, y apoyando a los separatistas prorrusos que se alzaron en el este de Ucrania. Desde entonces, se han registrado numerosos enfrentamientos armados entre las fuerzas ucranianas y los separatistas, así como violaciones de los acuerdos de paz firmados en Minsk en 2015.
En este séptimo aniversario, el secretario general de la ONU, António Guterres, instó a todas las partes a detener la violencia y reanudar las negociaciones de paz. “Ya es hora de alejarse de este abismo y centrarse en una solución pacífica y negociada”, dijo Guterres en un comunicado. “La ONU está dispuesta a ayudar en este proceso, y pido a todas las partes que se unan a nosotros en el esfuerzo por poner fin a este conflicto que ha causado tanto sufrimiento a la población civil”.
Desde el inicio del conflicto, más de 13.000 personas han muerto y cerca de dos millones han sido desplazadas, según la ONU. Además, el conflicto ha dejado a la región en una situación de precariedad económica y social, y ha afectado a la estabilidad política y a las relaciones internacionales.
El futuro de Ucrania y su relación con Rusia siguen siendo inciertos. En la actualidad, el conflicto se encuentra en un punto muerto, con negociaciones estancadas y una tensión que no cesa. En este aniversario, la comunidad internacional vuelve a pedir una solución pacífica y duradera para el conflicto, y hace un llamado a todas las partes a cesar la violencia y encontrar una solución negociada que garantice la paz y la estabilidad en la región.
Comments