En labores de seguimiento de este hecho de sangre, la familiar del occiso contó que desde los 18 años Julio Manuel era habitante de calle. «Quisimos ayudarlo, pero volvió a la droga», dijo, agregando que estuvo interno en el Hospital Universitario Cari y que además, un muchacho de la Sijín quiso ayudarlo pues lo conoció en una fundación.
Esta ayuda por parte de ese amigo se debe a que Julio Manuel tenía la sospecha de que pronto acabarían con su vida, así se lo hacía saber a sus familiares cada que se encontraba con ellos.
«Nos decía que de un momento a otro lo iban a matar. Que se fueran preparando. Hace cuatro años le dieron puñaladas en una riña y salió librado de eso», relató Diana Coronado mientras esperaba razones del cuerpo de su sobrino en Medicina Legal.
Sobre los hechos donde perdió la vida el habitante de calle, la mujer relató que «estaba sentado, dicen que unos tipos en moto llegaron y él trató de correr, le dispararon por la espalda».
El hoy occiso residía en el barrio Santa Elena y un vecino propietario de un local de venta de chatarra que lo conocía desde niño, llamó a los familiares a dar la noticia de que habían matado a Julio Manuel.
Hasta el momento no se han presentado capturas de los responsables de este delito, que se suma a la lista que registra la ciudad de Barranquilla y su área metropolitana, puesto que durante este 2022, se han contabilizado más de 500 homicidios en ese territorio, así lo estableció un informe del Observatorio de Seguridad Ciudadana de la Universidad del Norte.
“La mayoría de estas víctimas fueron ultimadas en atentados sicariales por el control de economías ilegales asociadas al microtráfico y extorsión. Un alto porcentaje registraba anotaciones de antecedentes criminales por delitos de alto impacto”, señala el documento.
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