La Corte Constitucional ha emitido un fallo trascendental en el que establece de manera definitiva que el aborto es un derecho fundamental en el país. Esta decisión revoca dos sentencias previas que negaban la existencia de este derecho constitucional.
Con una votación de cinco a favor y cuatro en contra, la sala plena del alto tribunal anuló las sentencias T-430/22 y T-158/23, que sostenían que la interrupción voluntaria del embarazo (IVE) no era un derecho fundamental.
La sentencia T-158/23 se centró en el caso de una mujer indígena a quien se le había negado el derecho a un aborto, a pesar de no haberse considerado adecuadamente su situación. Aunque la Corte falló a favor de la mujer debido a esta falta de análisis exhaustivo, previamente había señalado que la IVE no se consideraba un derecho fundamental.
En la sentencia T-430/22, el tribunal abordó el caso de otra joven indígena a quien también se le había negado el procedimiento de aborto. La Corte decidió que las autoridades indígenas debían fomentar el diálogo interno e intercultural y analizar detenidamente las particularidades de cada caso.
Estas decisiones anteriores habían generado preocupación entre los colectivos feministas, ya que, aunque no modificaban la sentencia 055 del 2022 que despenalizaba el aborto durante las primeras 24 semanas de gestación, creaban incertidumbre y planteaban posibles vulneraciones de los derechos de las mujeres.
Por lo tanto, la Corte Constitucional ha anulado las dos sentencias mencionadas anteriormente y emitirá una nueva resolución, con la ponencia del magistrado José Fernando Reyes, que se ajustará a la decisión de despenalizar el aborto durante los primeros seis meses de embarazo. Esta decisión refuerza la protección de los derechos reproductivos de las mujeres en Colombia.