Este fin de semana, el Estadio Moderno de Barranquilla fue escenario de un incidente verdaderamente triste durante el Torneo Nacional Sub-17. El enfrentamiento tuvo lugar entre los jugadores del Club Maracaneiros de Bogotá y el Boca Juniors de Soledad.
El evento deportivo, que debería haber sido una muestra de habilidades y camaradería, se convirtió en una lamentable batalla campal que dejó una mancha en el mundo del deporte.
Las autoridades y los organizadores están investigando lo sucedido para determinar las causas y tomar las medidas necesarias para prevenir incidentes similares en el futuro. La violencia en el deporte no tiene cabida, y es fundamental recordar que el espíritu del juego es la competencia leal y el respeto mutuo.
Comments