En el sur de Barranquilla, la violencia generada por las peleas entre pandillas ha cobrado una tercera vida en un corto período, reflejando una escalada alarmante en la zona. La más reciente víctima, Jeiner Andrés García, un joven de 17 años, fue trágicamente impactado por un arma de fuego artesanal durante uno de estos enfrentamientos en el barrio Las Cayenas.Estos conflictos callejeros, que involucran a jóvenes armados con piedras, machetes y armas improvisadas, parecen ser el resultado de disputas territoriales lideradas por bandas delincuenciales que buscan controlar actividades ilícitas como el tráfico de drogas.El coronel Dave Figueroa, comandante de operativo de la Policía Metropolitana de Barranquilla, ha subrayado la importancia de abordar esta problemática desde dos frentes. Por un lado, se busca evitar que los jóvenes sean reclutados por organizaciones criminales para cometer delitos como distribución de drogas, robos y extorsiones. Por otro lado, se enfatiza en orientar a estos jóvenes hacia la construcción de proyectos de vida alejados del crimen.
Además del caso de Jeiner Andrés García, otro adolescente de 17 años perdió la vida el 11 de marzo durante una pelea en la urbanización Las Gardenias. Previamente, en el mismo sector, un repartidor de gaseosas resultó muerto por una bala perdida en medio de un enfrentamiento. Estos trágicos sucesos subrayan la urgencia de intervenir para contener la violencia y proteger a los jóvenes vulnerables involucrados en estas peligrosas disputas callejeras.La identificación de 24 puntos críticos donde se desarrollan estos enfrentamientos durante las lluvias y los esfuerzos conjuntos entre la Policía Metropolitana y otras entidades para abordar esta problemática son indicativos del alcance y la complejidad del desafío que enfrenta Barranquilla. La preocupación por las víctimas de violencia intrafamiliar y la falta de Casa Refugio para estas personas también resalta la necesidad urgente de abordar diversas formas de violencia que afectan a la ciudad.