Ricardo Roa saldría de la presidencia de Ecopetrol tras escandalo de interceptación de comunicaciones
- ezequiel-paul
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Un nuevo escándalo sacude a Ecopetrol, la empresa pública más importante del país y una de las petroleras más destacadas del continente. Según reveló este miércoles 28 de mayo un reconocido medio de comunicación nacional, Ricardo Roa, presidente de la compañía, habría ordenado una medida sin precedentes: la interceptación de las comunicaciones de al menos 70 altos funcionarios, incluyendo a los miembros de la junta directiva.
El objetivo de esta medida habría sido identificar al responsable de las filtraciones de información a medios de comunicación, que durante meses han afectado la imagen de la empresa. Para ello, se modificó un contrato con la firma Covington & Burling LLP, por un valor cercano a los 5 millones de dólares, con el fin de obtener acceso a correos electrónicos, archivos digitales, documentos físicos y hasta dispositivos móviles de directivos clave.
La información, contenida en un documento confidencial firmado por Alberto José Vergara, director corporativo de cumplimiento, señala explícitamente la instrucción de realizar una “retención técnica” (legal hold) sobre los equipos y archivos de los funcionarios involucrados. El documento, fechado el 26 de diciembre de 2024, durante el receso de fin de año, ha sido interpretado por varios miembros de la compañía como una acción encubierta aprovechando el bajo nivel de vigilancia institucional en esa época.
La indignación al interior de Ecopetrol no tardó en hacerse sentir. Uno de los efectos inmediatos de esta crisis fue la renuncia de Mónica de Greiff a la junta directiva, un hecho que habría sido consecuencia directa del conocimiento de esta operación de vigilancia. Aunque en un principio se pensó que su dimisión respondía a la eventual salida de Roa y la posible llegada del ministro de Minas, Edwin Palma, fuentes internas aseguran que la medida de interceptación fue “la gota que derramó la copa”.
El documento especifica que la información recopilada no debía ser compartida con terceros no autorizados y que solo podría ser divulgada con autorización expresa de la Dirección Corporativa de Cumplimiento de Ecopetrol S.A. Además de Roa y Vergara, en la lista de personas incluidas en la orden de vigilancia figuran:
Luis Alberto Zuleta, miembro de la junta directiva
Rafael Ernesto Guzmán Ayala, vicepresidente ejecutivo
Nicolás Azcuénaga Ramírez, vicepresidente de Nuevos Negocios
Alberto Enrique Consuegra, vicepresidente operativo
Elsa Jeanneth Jaimes, vicepresidente Costa Afuera
Germán González, secretario general
Vicky Rocío Vélez Rodríguez, vicepresidenta de Exploración de Hocol
Benjamín Fernández, gerente de proyectos
Fabio Ortega, gerente de Nuevos Negocios de Hocol
Alexander Cadena, presidente de Cenit
Pilar Marulanda, vicepresidente de recursos humanos de Cenit
Julio Corredor, gerente de cumplimiento de Cenit
La medida, aunque según el documento se habría adoptado bajo el marco legal interno de la empresa, ha sido duramente cuestionada por su carácter invasivo. Llama la atención que entre los vigilados esté el mismo Ricardo Roa, lo cual, según algunos analistas, podría ser un intento por legitimar una acción que hoy genera una grave crisis institucional.
En respuesta a la denuncia publicada, Roa negó categóricamente haber ordenado la interceptación y afirmó: “Jamás le di una instrucción a Vergara para esta labor. Yo mismo fui víctima de ese procedimiento. Lo informé a la junta directiva”.
El escándalo habría llegado incluso hasta la Casa de Nariño, donde, según trascendió, se habría convocado de manera urgente a una reunión entre el presidente Gustavo Petro y varios miembros de la junta. En dicho encuentro, ocurrido la noche del miércoles 28 de mayo, habría formalizado su renuncia Mónica de Greiff, hecho que confirma la gravedad del asunto.
Las consecuencias aún están por definirse. Se habla de un posible relevo en la presidencia de la empresa, lo cual dependería de una revisión jurídica para determinar si Edwin Palma está habilitado para ocupar el cargo. Mientras tanto, en los pasillos de Ecopetrol reina la incertidumbre, y el país observa cómo un nuevo capítulo de crisis interna afecta la reputación de una de sus empresas más emblemáticas.
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